20 de julio de 2009

Rosza Flores tenían en la mira a Evo Morales, según corresponsal español de guerra



Por Fabiola Barriga y Adalid Cabrera Lemuz

La Paz, 19 jul (ABI).- El terrorista y mercenario boliviano-húngaro-croata Eduardo Rosza Flores no vino a Bolivia a hacer turismo sino a desencadenar una guerra civil porque tenía al presidente Evo Morales en su cabeza cual si fuera un demonio, dijo el domingo el periodista español Julio César Alonso. En una entrevista en el programa "El Pueblo es noticia" de Radio Patria Nueva, Alonso señaló: "Él (Rosza Flores) tenía un demonio en la cabeza que se llamaba Evo y lo que le interesaba era ser el rey y el nuevo Napoléon". Manifestó que el problema era que Rosza Flores "era un enfermo mental con ansias de grandeza y poco le importaba su país". Para Alonso, Rosza no quería de ningún modo Bolivia, el país donde había nacido, se refería con términos muy duros a los bolivianos, además de que se rodeó de húngaros racistas que sojuzgaban a su propio pueblo". Presentó grabaciones sobre la posición dictatorial que asumía Rosza Flores al frente de mercenarios que se desplazaban a lo largo de varios países para originar la violencia a través de guerras civiles con la ejecución de autoridades o ciudadanos con el fin de provocar inquinas irreconciliables que hagan inevitable el estallido de una violencia desenfrenada. Alonso dijo que este tipo de mercenarios alquilan sus servicios a grupos o personas con diversos intereses, ya sean de religión, económicos y políticos, y se trasladan con todo su arsenal y milicias para "trabajar en esos países conformando grupos de choque que son utilizados como carne de cañón". Explicó que "carne de cañón" es usar a jóvenes para colocarlos en la primera fila del combate para que sean los primeros en caer en la confrontación" y así acentuar la violencia. Dijo que mercenarios francotiradores experimentados se daban a la tarea de matar a los propios jóvenes que entrenaban con tiros en la espalda o la nuca antes que a los integrantes de grupo contrario para generar en sus familias odios para ingresar a la lucha. Expresó que la experiencia que recogió en la cobertura de varias guerras civiles le mostró que estos mercenarios lo que buscan es herir o matar a personas de los grupos para acentuar los odios. Este corresponsal de guerra percibió que a Rozsa"le interesaba que Bolivia se desintegre" y que probablemente su misión era iniciar acciones que provoquen un resquebrajamiento del país", como denunció la investigación de una comisión parlamentaria. Agregó que, por otra parte, Bolivia tiene una ubicación geográfica excepcional, al centro de Sudamérica; desde acá se puede irradiar fácilmente a toda la región una serie de iniciativas y modelos de gobierno como "efecto campana". Con relación al interés por dividir Bolivia por parte del grupo mercenario-terrorista anotó que al parecer se buscaba crear una Bolivia pobre y otra rica y, peor aún una "familia blanca contraria a los grupos de pobladores indígenas o mestizos". Alonso señaló que el racismo mostrado por Rosza en todas sus alocuciones es una prueba irrefutable que muestra que su convencimiento de que "en el mundo existían grupos que deben ser erradicados mediante una guerras étnicas". "Lo que buscaban en Bolivia era acabar con una población civil para empezar con una sociedad blanca con grupos de poder que buscaban sus propios intereses", dijo. Con relación a la misión que Rosza Flores podría cumplir en Bolivia, expresó que, al igual que en otras naciones, especialmente en Croacia y los Balcanes, iba a conformar grupos milicianos integrados por jóvenes que eran los que iban a gestar una guerra civil tras recibir entrenamiento en el manejo de armas y en la ejecución de actos terroristas. Sin embargo señaló que esos "jóvenes cruceños no iban a morir con una bala en el pecho sino con un tiro en la espalda porque la estrategia era generar en sus familias acciones de venganza por sus muertes, eso es lo que hizo en Croacia". Aseveró que otra de las demostraciones de esas intenciones es el atentado cometido en las puertas de la residencia del cardenal Julio Terrazas en Santa Cruz con la explosión de una bomba de baja potencia porque tenían conocimiento de que el prelado no se encontraba en el lugar. "Lo que querían los mercenarios con ese operativo era sembrar malestar para que las autoridades de la Iglesia Católica hagan conocer sus reclamos al Gobierno y así restarle base de apoyos en la población civil", afirmó. Sobre los asesinatos selectivos subrayó que esa es una de las estrategias de los terroristas para matar a personalidades en disputa de uno y otro lado para generar desconfianzas y odios entre ellos. "Así lo hizo en Bosnia, Kosovo y Croacia", puntualizó. "Rosza no hubiese dudado en matar ni a su madre", pero la estrategia que utilizaba era generar malestar en los sectores confrontados para instigarlos al enfrentamiento en venganza por los que caigan asesinados. Subrayó que, como sucedió en los lugares en los que operó la banda terrorista de Rosza, no se descarta que iban a colocar bombas en supermercados y en centros donde concentra gran cantidad de gente para sembrar de muertos y heridos. "Rosza tenía todo registrado de las operaciones terroristas y de mercenarios que comandó en diversos países, por lo que se conoce que era un hombre muy desconfiado e imprevisible para sus acciones", afirmó. Mencionó el caso de un periodista que seguía la cobertura de guerras que fue muerto con un reporte forense de que fue por el disparo de armas de fuego, cuando en realidad su fallecimiento fue por estrangulamiento. "En estas confrontaciones es raro el caso en el que uno de los combatientes muere por estrangulamiento, generalmente sucede por efecto de ataques de armas blancas o de fuego", dijo. Subrayó que antes de ir a un país a trabajar con su banda de mercenarios, Rosza se informaba bien entre sus contratantes sobre los puntos más sensibles para generar ataques que provoquen confrontaciones internas. Con respecto a las acciones policiales que desarticularon ese movimiento mercenario el pasado 16 de abril en el hotel Las Américas de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en las que murieron Rosza y dos mercenarios y fueron detenidos otros dos, el periodista español afirmó que el beneficio de esas operaciones es que se ha evitado el asesinato de por lo menos 25.000 muertos en una guerra civil, cuya creación era la especialidad de ese comando terrorista. "En Bolivia podía haber sucedido lo mismo que en Kosovo porque los instigadores de la guerra civil eran especialistas en promover que los pueblos se destruyan entre sí", dijo. Agregó que en la vida no hay casualidades, todo sucede como tiene que suceder en base a los antecedentes de la forma de actuar de las personas y de esta clase de asociaciones delictivas. "El grupo de Rosza ha mostrado en todos los lados donde actuó la misma estrategia, no tenía por qué cambiar en Bolivia" señaló. "He visto unas imágenes del departamento de Pando y la estructura de defensa en esa región y las he comparado con lo sucedido en la ciudad de Kosovo donde, al igual que en Porvenir, se procedió a bloquear la carretera y se construyeron unas zanjas profundas para evitar que crucen los soldados y sus tanques al otro lado de la vera", anotó. "Las fotografías que vi sobre los hechos de Pando era que en algunos lugares estratégicos estaban instalados equipos de francotiradores, como sucedió en Serbia cuando Rosza dirigía un grupo terrorista en la zona", afirmó. Subrayó que, más allá de esas consideraciones, estos mercenarios vinieron a Bolivia muy bien pagados porque operaban a cambio de jugosas comisiones, aunque dijo desconocer qué grupos desembolsaban el dinero. "Rosza era un hombre desequilibrado con un gran ego personal que, además, estaba acostumbrado a recibir mucho dinero por su sucio trabajo", dijo el periodista español. Alonso anotó que no hay que pensar que Rosza vino a Bolivia solamente con cuatro acompañantes, sino que por detrás de ese grupo de dirección había cientos que habría que preocuparse por averiguar dónde están. "Los que cayeron en la confrontación con la Policía era solamente su equipo cercano, seguramente había otras células en otros lados", advirtió. Recomendó al Gobierno boliviano realizar gestiones ante Hungría, Croacia y otros países para averiguar en sus organismos de inteligencia antecedentes sobre los hombres que formaban parte del grupo de Rosza y conocer dónde se encuentran y sus actividades. Es importante conocer cómo se organizan estas células terroristas, cómo y dónde son reclutados y la forma cómo salen de sus países de origen y los países intermedios que utilizan, como España, señaló el corresponsal de guerra. "Estos mercenario salen en grupos pequeños y utilizan diversas rutas para llegar a los países donde tienen contratos", afirmó. "Creo que en Bolivia hubo una especie de milagro porque la desarticulación de este grupo evitó una barbarie y el derramamiento de mucha sangre", finalizó este periodista que ha cubierto muchos conflictos bélicos. En opinión de Alonso, Rosza "era un psicópata y ególatra que me recuerda al italiano Musolinni, era un mercenario sin escrúpulos que mataba por dinero y placer". "Se disfrazaba del personaje que le interesaba, era cristiano, del Opus Dei, musulmán, nazi o abrazaba cualquier otra religión, siempre que le pagaran bien", agregó. Rozsa preparaba una película denominada "La guerra sucia" para mostrar cómo se articula un conflicto. Al parecer su presencia en Bolivia le iba a servir para las filmaciones". "Iba a grabar imágenes de guerra real con muertos reales, porque una película con una guerra cruenta es mucho mejor. Las víctimas no iban a ser sólo policías, sino la gente de la calle", dijo. Reveló que Rosza dejó dos cassetes grabados sobre su historia en Bolivia a un periodista húngaro que tiene relatos en español que solamente será dada a conocer en octubre con la relación de quienes lo fueron a contratar a Europa para que venga a sembrar conflictos en Bolivia. Alonso vino a Bolivia no solamente para dictar un seminario sobre periodismo de investigación en situaciones de conflicto, sino a investigar las ramificaciones del clan Rosza y en lo posible entrevistar a los dos cómplices del terrorista que están presos en la cárcel de La Paz, en especial al ex militar boliviano, Mario Tadic, de quien guarda malos recuerdos. Recordó que Rosza mató a uno de sus amigos que era corresponsal de guerra porque descubrió sus acciones delictivas y su doble moral.Afbs/acl ABI

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